Migajas
Pequeños fragmentos, notas al margen, intuiciones que no llegan a convertirse en ensayo.
Igual que en las Migajas filosóficas de Kierkegaard, aquí no encontrarás un sistema,
sino destellos: ideas que se abren camino entre lecturas, observaciones cotidianas o conversaciones que dejan huella.
Estas migajas no son sobras, sino semillas. Trozos breves que invitan a detenerse, a recoger lo mínimo
para seguir pensando lo máximo. No buscan resolver, sino abrir.
Quizás lo más personal de este espacio, porque no nacen de la planificación ni de la extensión,
sino del impulso de anotar lo que no debe perderse.