El racismo no siempre se manifiesta con gritos, insultos o violencia. A veces, toma la forma de comentarios sutiles, gestos cotidianos o normas aparentemente inocuas que reproducen jerarquías raciales. Es lo que se conoce como microrracismo: una forma de discriminación racial cotidiana, aparentemente trivial, pero profundamente arraigada y persistente.
Los microrracismos no son anecdóticos: al repetirse una y otra vez, tejen un clima de exclusión estructural. En cada uno de estos gestos se transmite una idea de norma —blanca, occidental, autóctona— y se marca al otro como diferente, ajeno, extranjero, aunque haya nacido aquí o lleve toda una vida en el lugar. Pueden parecer nimios, pero sus efectos acumulativos tienen consecuencias reales: producen malestar, desarraigo, inseguridad o agotamiento emocional en quienes los sufren.
Esta sección recoge ejemplos de microrracismos vividos en el día a día. No busca señalar culpables individuales, sino mostrar cómo la desigualdad racial se reproduce también en gestos mínimos, en lo pequeño, en nuestra vida diaria. Visibilizarlos es un primer paso para desmontarlos.
Durante un tiempo trabajé en un supermercado al por mayor. Pronto me hicieron «responsable» de un pequeño equipo de personas, todas nosotras inmigrantes en Italia. Tras varios meses hubo un pequeño conflicto que requirió de la presencia del jefe de personal. Durante su intervención defendió mi rol de la siguiente manera:
– Alejandro es el responsable porque conoce y hablar mejor el idioma.
Todos en el equipo hablamos la misma lengua. Algunos incluso crecieron aquí, estudiaron en lengua italiana, sueñan en dicho idioma. Pero me eligieron a mí. Porque yo, dicen, conozco mejor el idioma.
Y yo soy la única persona blanca, europea, de mi equipo de trabajo.
La excusa es lingüística. El criterio, racial. Se construye una diferencia donde no la hay para justificar una jerarquía que ya estaba asumida por parte de mi jefe de personal. Se borra el saber de los otros, su competencia, su trayectoria. Y se premia lo que no se nombra: el color, el origen, el cuerpo que encaja dentro de la norma.
El microrracismo no siempre grita. A veces se disfraza de eficiencia.