Fuera del mapa. Un viaje extraordinario a lugares inexplorados

La geografía de lo invisible

Al hablar de nuestro planeta, en términos geográficos, muchas veces caemos en la trampa de asumir que ya está todo inventado o, quizás mejor, descubierto. Somos conscientes de que, por ejemplo, alguna frontera que otra puede cambiar de posición y con ellas el nombre de algún que otro estado-nación. Pero, sin embargo, no esperamos grandes cambios ni novedades en unos mapas que, desde nuestro presente dominado por las aplicaciones digitales de geolocalización, no solo convierten las hazañas de las épocas de los grandes viajeros y exploradores en un juego de niños, sino que, muchas veces, limitan nuestra propia experiencia del lugar.

En “Fuera del mapa” (Blackie Books, 2017) Alastair Bonnet continua con su empeño de mostrarnos que el mundo es más grande de lo que solemos pensar. No se trata tanto de una exploración de los límites físicos del planeta, sino de la potencialidad que tienen algunos lugares -muchas veces marginados, olvidados o simplemente ignorandos por los discursos dominantes- para colocarlos frente a lo extraño, lo inesperado o, directamente, lo impensable. Estos lugares, ajenos en principio a la representación cartográfica convencional, tienen una poderosa presencia en las imaginaciones colectivas y forman parte de las narrativas con las que construimos el mundo.

En el repertorio ofrecido por Bonnet no importa tanto la localización exacta en los mapas de los 48 lugares que conforman este libro, sino la capacidad que, gracias a la prosa sencilla y eficaz del autor, tiene cada uno de estos lugares para abrir una ventana a la ensoñación y a la infinita curiosidad del lector. En apenas cuatro o cinco páginas dedicadas a cada lugar, Bonnet invita al lector a recorrer el mundo con una mirada que trasciende a la geografía acercándose a cuestiones políticas, económicas, históricas, identitarias, migratorias,… que nos ayudan a reflexionar acerca de cómo conceptos como, por ejemplo, “lugar”, “soberanía” y “pertenencia” son construidos, desafiados y resignificados socialmente en el mundo contemporáneo.

Ejemplos que desafían la geografía tradicional

Tirando de este último hilo, Bonnet nos traslada a las reivindicaciones territoriales de nuevos estados-nación como el Reino Unido de Lunda Tchowke (situado en la actual Angola) o la Gagauzia (una región autónoma de Moldavia). También nos sitúa ante la caótica profusión de fronteras existente entre las ciudades de Baarle-Nassau (Holanda) y Baarle-Hertog (Bélgica) en las que ir a comprar el pan puede suponer atravesar los propios confines nacionales en varias ocasiones.

Sin embargo, no todos los espacios son deseados por igual. En este sentido no deja de ser llamativo que Bir Tawil, un área entre Sudán y Egipto pueda ser casi considerada como una tierra de nadie, un espacio no reclamado por ninguno de los dos países. Las aspiraciones geopolíticas de ambos estados van mucho más allá del área de Bir Tawil, conformarse con este espacio supondría un freno a sus deseos, una especie de derrota, así que la opción más racional, por ambos bandos, parece ser abandonar el lugar.

Lugares abandonados en “Fuera del mapa” hay muchos, aunque sus orígenes son variados. Si consideramos el caso de Pripyat (Ucrania) y la explosión del reactor nuclear de Chernobyl habría que mencionar, irremediablemente, el antropoceno y cómo el ser humano, en su sed de progreso, ha destruido el entorno en el que vive. Caso similar podría ser el caso del Lago Akal o, mejor dicho, el desierto Aralkum: de nuevo, la presión humana sobre el entorno ha convertido toda una región en un espacio casi inhabitable.

En una suerte de abandono se encuentran también las medianas o las bermas de las carreteras, esos espacios -en apariencia vacíos- entre, por ejemplo, una autopista y sus salidas sobre los que bien podríamos aplicar el concepto de “cuarto paisaje” de Gilles Clement. Pero no solo nos desatendemos de los lugares y de los espacios, sino también de sus habitantes. Para muestra, el olvido y el desprecio con el que el gobierno de Honduras trata a las personas de origen salvadoreño de Nahuaterique, un territorio en disputa desde 1969 y de cuyos residentes que, después de su anexión definitiva en 1992, nadie se ha preocupado.

Conclusión: más allá de los mapas

El repertorio de lugares escogidos que componen “Fuera del mapa” se reparte entre espacios perdidos, geografías escondidas, tierras de nadie o la existencia de ciudades muertas. Estas categorías y tantas otras, como los espacios de excepción o los lugares efímeros, se muestran casi como excusas para ir más allá del texto y observar cómo las ideologías, historias y anhelos median en las relaciones que, como seres humanos, establecemos con el territorio. En última instancia, “Fuera del mapa” nos invita a abandonar los mapas y a observar el mundo desde la curiosidad y la reflexión. Limitar nuestra experiencia del espacio a lo visible, lo ya cartografiado, nos impide acercarnos a otros espacios invisibles, olvidados o todavía no imaginados que, en realidad no se encuentran tan lejos de cómo pensamos